En Tlajomulco, Jalisco, México.

La ubicación privilegiada del terreno de la casa DT —justo en el “fairway” de un exclusivo campo de golf que se encuentra en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga—, condiciona el partido general del proyecto.

En este sentido, debido a que se encuentra frente un inmenso jardín, resultaba de vital importancia emplazar estratégicamente la edificación, de tal manera que ésta fuera capaz de recoger las virtudes de su asombroso contexto. Así, en lugar de competir con el entorno natural, la casa lo aprovecha y lo convierte en una ventaja a su favor.

Esta es la razón por la cual, para ser capaces de comprender en profundidad la casa DT, es necesario tener claro que su proyecto parte de un objetivo sencillo, claro y contundente: fundir el espacio interior de la vivienda con el espectacular paisaje que la rodea.

Así, mientras que en el exterior los límites de la casa se difuminan para integrar la vivienda a su entorno natural —evitando incluso el uso de muros medianeros—, en el interior, sus amplias ventanas pretenden que las perspectivas largas hacia el campo de golf participen activamente en los espacios interiores, de tal forma que acompañen la vida de sus habitantes.

En el mismo sentido, la orientación norte-sur que ofrece el terreno, permitió que los vanos principales de la casa se abrieran generosamente tanto hacia el frente como hacia el fondo del terreno, aspecto que refuerza —precisamente—, la sensación de que el paisaje se involucra en el espacio doméstico, formando parte inseparable de él. Por otra parte, más allá de la armoniosa composición a través de la cual se logra desvanecer la frontera entre adentro y afuera, era necesario, además, que la casa organizara su interior de tal manera que los espacios para la vida diaria, en lugar de obstaculizar sus respectivas vistas, se encabalgaran unos en otros, apoyándose entre si.

Por ello, en la planta noble de la casa se planteó una secuencia espacial a través de la cual las áreas sociales se encadenan unas en otras, amalgamándose entre ellas y, al mismo tiempo, con el majestuoso jardín. Por último, resulta importante hacer hincapié en que es gracias a que la casa ha sabido mantener un orden discreto y sin alardes gestuales —con una composición que tiene su origen en trazos claros y mesurados—, y a que se ha resuelto en un sólo volumen (sencillo y compacto), que se logra que efectivamente resuene en ella la belleza del paisaje.

Como señalara Luis Barragán, a propósito de los patios ajardinados que tanto cautivaron su atención: “todos sus elementos, sus plantas y sus árboles, así como las arquitecturas que los cobijan, están orientados a la belleza sin pretensiones. Así debe ser, la belleza va apareciendo de la mano del Tiempo, al igual que el misterio del jardín se va apoderando del espacio.”