
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. México. 2017.
La Casa LV1 (casa nanchi 1 y 2) es un conjunto de dos viviendas diseñado para una familia conformada por un matrimonio adulto, su joven hija y su nieta, cada casa con la privacidad necesaria para el desarrollo de sus actividades, sin dejar a un lado la interrelación natural de la familia, emplazados en un terreno irregular de 250 m2 aproximadamente y una pendiente cercana al 10%.

El sobrenombre adquirido por las casas es por el árbol de «nanchi» que existe en el predio; este se respetó, condicionó el proyecto y se incluyó como una jardinera natural en el área de comedor en el interior de la «casa nanchi 1». Esta casa, que pertenece a una joven mujer y su hija, tiene una terraza en el nivel superior, el cual, es un espacio de esparcimiento, de relajación y de conexión con el paisaje circundante para disfrutar con la familia (casa nanchi 2), amigos e invitados.

La conexión es tan importante, que no sólo se logra materialmente con la unión de los dos objetos arquitectónicos a partir de un vestíbulo común de entrada, denotando el nexo de las casas y connotando el vínculo de la familia, sino también con el paisaje, a través de la transparencia en las fachadas de las dos casas, la cual logra una libertad visual para los habitantes. Esto impacta favorablemente en la psicología de quienes habitan y visitan el hogar, pues no sólo se logra una mayor iluminación de los espacios, provocando la sensación de mayor amplitud, sino también la circulación del aire gracias a los ventanales que se manipulan al gusto de los usuarios.

El material, concreto aparente estriado con cemento blanco y polvo de piedra de la región, evoca a la honestidad de los materiales y, esta simplicidad, favorece al medio ambiente, pues no se utilizan más capas de acabados en muros, pisos ni techos, contribuyendo en lo menos posible a la contaminación al medio ambiente. El acabado aparente significa, pues, menos producción, transporte y utilización de materiales contaminantes. Como ya se dijo antes, la libre circulación de los vientos, permiten una limpieza constate del aire interior y por lo tanto de una regulación natural en la temperatura, logrando el confort térmico de los usuarios y disminuyendo el uso de aparatos eléctricos que enfríen el lugar artificialmente. Además, los mismos ventanales evitan el uso innecesario de iluminación artificial durante el día, un problema muy común en las casas mal orientadas, todo esto en pro de la salud medioambiental.

El diseño de la «casa nanchi 2» está inspirada en la silla Brno, diseñada en 1929 por el Arq. Ludwing Mies van der Rohe, la cual no sólo permite un volumen limpio, pues también permite un principio estructural eficiente y libre, ya que con esta se logra un volado de 4.80 metros, debajo del cual, la altura y el vacío con un apoyo de 2.20 metros es suficiente para el aparcamiento de dos coches. Así, se demuestra cómo el concepto de las casas se deriva no sólo de la conexión (interior-familiar, exterior-paisaje) sino también de la libertad: la libertad visual con la que cuentan las personas desde antes de entrar a las casas y, en el interior, desde cualquier espacio en cualquiera de ellas.
Proyecto: T+E Arquitectos – Ricardo Espinosa Reyes, Denisse Nolán Navarro Pérez y Sergio Tovar Palacios
Ubicación: Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. México.
Colaboradores: Corina Espinosa, Javier Morales, Alfredo Alfaro.
Estructurista: Ing. Jorge Cabrera.
Inicio de obra: Marzo 2016.
Terminación de obra: Diciembre 2017
FOTOGRAFÍA: Lorena Darquea Schettini
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